En la última gota te hice el amor.
Una lágrima que nunca te tocó y que, en un suspiro, se desvaneció.
Asà se rompió.
En esa última canción, en la que (donde) nuestros cuerpos atravesaron nuestro corazón,
y donde la mente, al fin, comprendió, que era el último baile, el último adiós.
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