El primer paso

Antes de pisar el suelo, sentía cómo se quemaban mis plantas.
Y sin dar el primer paso, ya sentía dolor.
Lo que descubrí fue que, al rendirme al hecho de no salir ilesa,
el calor del fuego se convirtió en transformación.

Published by


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *