Cerré los ojos y la sangre de mi cuerpo se convirtió en el mar.
Mi alma, en sintonÃa con el movimiento de las olas, entonaba la calma que lleva tu nombre.
Afuera llueve, y también dentro de mÃ…
El agua que cae de los cielos limpia mi espÃritu, mientras, tomada de la mano a tu silencio, me derramo en el vacÃo.
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