Te vi como aparecÃas,
entre nubes escondida.
Tu sonrisa, melodÃas
emanando la energÃa.
Ahora que no estás aquÃ
no quiero pensar ni en tener que sobrevivir,
sin tener dónde acostarme para sentirme latir,
bebé, porque yo te estaba amando…
Y ahora que no estás aquÃ,
el destino me ha cambiado,
y ahora lo veo gris.
No es porque (yo) no pueda con la vida seguir,
pero ya, ¿qué sentido tiene?… no tiene.
Siento que me estoy ahogando,
en una copa vieja que se está desangrando,
llorando por las grietas
que tu amor ha marcado.
Cupido, de un flechazo, ya me ha sepultado.
Acá sigo, añorando la estrella que del cielo
bajó como un regalo,
que Dios me habÃa puesto para seguir luchando.
Y ahora, de un suspiro, me la ha arrebatado. Dime ¿qué hago?
¿qué hago, mujer? Si yo te amo…
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